Te respiro en el aire como si las partículas tuvieran en ellas pedazos de tu boca,
me sabes a vida, a viento, a mar,
A olvido, a borrachera. O bebo por olvidarte o celebrando que te olvide. Pero tu recuerdo viene acompañado de dos hielos. O tres.
Te imagino perdida en su boca intentando encontrarme, pero nunca pasa. No me hayas; Y yo no te busco en otra boca más que en la del viento y tampoco nunca te encuentro.
Y escribo letras débiles y pobres que no encerrarían ni una cuarta parte de lo que es este vaivén.
Mi alma sale a la cubierta del barco que habita, el cual es mi cuerpo. Trata de pescarte y se pasea todas las mareas siguiendo el canto de las sirenas, pero sólo se encuentra con monstruos camuflados de risas y seda .
Mis letras cada vez están más secas, ya no hay quién las moje con sólo tocarlas.
Atrapadas entre fragmentos de tiempo congelado en el viento, entre aquí y allá. Entre una invitación y una despedida. Entre una eternidad que nos duro sólo segundos, estamos tú, yo y mis irremediables ganas de romperte en pedazos microscópicos y volverte fractales de luz hasta hacerte quedar caleidoescópica.
Romperte y volverte armar de forma diferente todos los días.
Si te olvido, tu te inventas y en algún lugar de mis sueños, me secuestras y no pides recompensa.
Igual perderías el tiempo. Nadie vendría a rescatarme.
Así que invéntate las veces que quieras y ven a atormentarme los demonios .
Total,
y hace rato que no me dejan dormir.
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